domingo, 18 de octubre de 2009

Sin la muerte, con el dolor.

Somos dos cuerpos quemados, derrotados por el tiempo. Ambos con letras tatuadas en la piel. Las tuyas de tinta, las mias de sangre. Somos dos cuerpos abrazados, intentando vencer la desdicha, la amargura y este dolor de nuestro maldito destino. Amor imposible y escupidos por el mundo. A veces quisiera morirme, pero algo me mantiene con vida:
Saber que tu tampoco has elegido la muerte sino morir poco a poco, juntos, hasta el fin de los dias.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado. Muy sentido y muy enamoradizo.
    Es bueno...
    Saludos.

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  2. Gracias por leerme y por leer mi libro. Además, es que me gusta lo que tú escribes

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